miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cuando la guerra se vuelve arte

Ama la vida!, pues de conocer de pleno su mas intimo secreto, no dejaras de sorprenderte entre tormentas de revelaciones, solo el movimiento es comienzo(...)
-abandono mi posicion de cuclillas, ya estudie el terreno-.
Recuerda la enfermedad!; constituye tu ser todo en el ejercito mas critico de si, invencible y victorioso en cualquiera de sus frentes (la enfermedad acecha constantemente, penetrara cuando menos lo esperes)
-vuelvo a reforzar y redistribuir guardias y posiciones-.
Plegarse a la adversidad!, para amar la vida es primal no aferrarse a ella, entendemos la adversidad como rasgo natural siempre presente de una existencia en movimiento.
-cuando las tempestades anuncian batallas, lanzamos nuestro mas fiero grito de guerra-.
Atraviesa el silencio!, solo alcanzamos claridad y lucidez, mientras tejemos la malla de nuestras impenetrables armaduras, las solidas murallas de nuestras ciudadelas, en solitario.
-me fundo con mi esencia, el deseo de compañia ya es un recuerdo-.
Respeto hacia la muerte!, las premoniciones sobre tragedias han de convertirte en furia incandescente, no aferrarse a la vida es no temer la muerte, solo respetarla como una compañia cercana. Una existencia trascendente se consagra como tal si ingresamos en las regiones de la muerte con la calma de un lago en nuestro interior mientras disparamos fuego de artilleria con un cuchillo entre dientes.
-devenimos en la noche sin luna que le robamos y reclama impiadosa a, la vasta oscuridad-.

No hay comentarios: