jueves, 11 de septiembre de 2008

Fuelles

Me agacho, gateo por el suelo
y me quedo en un rinconcito de la casa.
Me encojo todo lo que puedo
y miro, miro en detalle, como si fuera cuadro por cuadro
me reincorporo, pero siempre gateando
y elijo otro rinconcito, otra optica.
Vuelvo a encojerme y mirarlo todo
despacito, paso varios minutos.
Lo contemplo todo en detalle.
Ahora viajo por dentro...
proxima estacion...mis cinco años de edad.
Abrochense los cinturones.
Lo observaba todo de nuevo, y todo era nuevo.
Re descubro, me re descubro. Re valorizo, me revalorizo
re corro todo, corro por toda la casa
y con mi vieja y gastada mirada, a veces empalagada
vuelvo a deleitarme con los detalles
de este pequeño mundo que habia olvidado haber construido.
Entono el viejo y sagrado mantra en re.
Como prisionero de cosquillas
el niño que habita en mi se regocija absorto de placer.
La alegria parece querer hacer de mi corazon su casa
para siempre.
Tambien esta noche la ciudad encontrara muerta otra persona
por razones desconocidas

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