miércoles, 10 de septiembre de 2008

Fantasma

Todo empezo cuando te sumergias en los vapores
matinales, estivales.
Abrias tu mano para dejar escapar cientos de aves
de todos los colores, aleteos y graznidos.
Continuo cuando tomaste el espejo con ambas manos
y lo estrellaste contra un banco de plaza.
Tambien me toco padecer el agrietamiento de tus pupilas
y ninguno de los pedazos restantes
ni de pupilas o espejos
me reflejaban, nos reflejaban.
Y sin embargo no hubo risas ni llantos
lo que nos quedo fue asumido por la nada.
Mis ojos, sus orbitas, cuencas desoladas
para mirarte asi, siempre, como me pedias.
Tambien recorde como finalizo...
cuando al plomizo cielo una tarde se le antojo
pesar tanto como pudiera sobre nuestras cabezas
para no dejarse mirar nunca mas

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